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Artículo de opinión de Vivian Gamboa- Estudiante de enfermería de la Universidad Hispanoamericana

El cáncer es una de las enfermedades más frecuentes a nivel mundial, según Semanario Universidad de la UCR “Costa Rica se encuentra en el puesto número nueve en incidencia a nivel mundial en cáncer de tiroides si se toma en cuenta ambos sexos”; además, “el país también está entre los primeros lugares de incidencia en cáncer estomacal, pues es el número diecinueve a nivel mundial en este tipo de cáncer”.

Entonces; ¿Por qué hablar de cáncer? ¿Por qué de un tema tan común?, muchas veces nos creemos conocedores del tema simplemente porque escuchamos frecuentemente su nombre. ¿Y de verdad lo conocemos? ¿Le tomamos la importancia que este requiere?

No voy a hablar propiamente del cáncer, si no del estado anímico de la persona que lo padece y del apoyo que se le debe de brindar tanto a la familia como al enfermo,  aunque para empezar, es importante recordar que el cáncer es una enfermedad degenerativa, causada por un crecimiento y multiplicación incontrolable de células.

Esto significa que esas células malignas pueden llegar a provocar la muerte, por esta razón, en el momento que a una persona le diagnostican cáncer, su vida y la vida de su familia cambia; porque asocian el cáncer con muerte, siendo esto muchas veces erróneo pero otras veces realidad…

Un paciente oncológico crítico necesita obligatoriamente el apoyo del personal de salud, pero más necesita de su familia, debido a que esta enfermedad: afecta factores físicos, sociales, emocionales, económicos y otros. Esto se vuelve agotador para el núcleo familiar, pues luchan constantemente por hacer sentir bien al usuario y no lo logran…

¿Y quién le da apoyo a la familia cuando está agotada?

Ahí estamos las personas enfermeras, sabemos que debemos de enfocarnos en la enfermedad y en los cuidados de la persona, pero la familia también nos necesita porque ellos también sufren.

Como enfermeras y enfermeros debemos bridar educación; varios estudios han demostrado que a los familiares les gustaría recibir más educación sobre el estado de salud y complicaciones que el usuario pueda tener o llegar a tener, por esto, debemos de informar y educar a los familiares sobre la enfermedad y acciones que podemos hacer para mejorar todos aquellos factores que se ven afectados; y aunque no le creamos estas pequeñas acciones son un gran apoyo para las familias.

Tratemos de evitar la presencia de aquellas personas que solo se acercan al enfermo y a la familia a ¨sapear¨ cómo popularmente se dice; aquellas personas que solo llegan de visita para ver el estado del usuario enfermo o ver que tan afectada esta la familia, como si su trabajo fuera fiscalizar el estado anímico de los demás. Que poca empatía hay en algunas personas que se olvidan que todos hemos tenido un familiar, amigo o conocido que padeció o padece de esta enfermedad devastadora o que existe la posibilidad de algún día tener un pariente enfermo, ¿por qué no buscar ser un apoyo, en vez de incomodar a la familia?

¿Cuántas veces nos hemos acercado a estas familias a dar apoyo? No dejemos pasar el tiempo diciendo ¨algún día¨. Si tenemos la oportunidad de ayudar o apoyar, hagámoslo, no dejemos pasar el tiempo, porque puede ser tarde. El sentimiento de tener un familiar oncológico en estado crítico no es fácil; pues, se sabe que la persona enferma no tiene salida alguna para afrontar esta enfermedad y tanto ella como la familia debe de prepararse para esperar la muerte y lo peor, es que para esto no existen indicaciones, ni pasos a seguir para no llegar a sufrir la muerte de un pariente.

Como profesionales de salud debemos de ser empáticos, brindar nuestro apoyo y ayudar en todo momento, no podemos olvidar que después de la muerte viene un duelo y debemos de estar cerca de la familia para evitar reacciones no deseadas como las  depresiones.

Evitemos los comentarios inadecuados como: ¨ella está en las mejores manos¨, ¨ella es una mujer valiente¨, ¨ella va a estar en mejor lugar y no va a sufrir¨; los familiares saben todo esto; ellos confían en el personal de salud, saben que una vez fallecido ya no va sentir dolor, pero ellos no necesitan esas palabras, eso no les devuelve el sentimiento de volver a abrazar a una madre, un padre, hermano o amigo eso simplemente los hace recordar todo el procedimiento que vivieron.

Por esto, seamos empáticos y respetuosos no olvidemos que a familia también sufre y necesita de nosotros los enfermeros.

Eduquemos desde ya, fomentamos estilos de vida saludables no esperemos que las personas lleguen a un estado crítico por simples acciones o estilos de vida que pudieron modificar.

Bibliografía consultada:

  1. Elena Pilar del Prado Sánchez. La importancia de un buen acompañamiento de enfermería en pacientes oncológicos y sus familas.  Pontificia Comillas. Madrid. Pag 6-14.2018.

Disponible en: https://repositorio.comillas.edu/xmlui/bitstream/handle/11531/36366/PFG000969.pdf?sequence=1&isAllowed=y

  • Toro Flores, López González, López Muñoz. Conocimiento y actitudes de los pacientes críticos y sus familiares respecto a las directivas anticipadas y la toma de decisiones al final de la vida. Enfermería Intensiva. Volumen 28, Issue 1, January–March 2017, Pages 21-30. Disponible en: https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S1130239916300530

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