La rana Isthmohyla tica fue reportada por última vez en la Zona de Los Santos en 1963. Esta especie en peligro de extinción se hallaba desde entonces únicamente en las montañas de Monteverde en nuestro país, sin embargo, gracias a la investigación emprendida por los investigadores Esteban Hidalgo, Jonathan Navarro y Juan G. Abarca (los dos primeros oriundos de Tarrazú), se logró encontrar una población de estas ranas en la zona de San Lorenzo de Tarrazú en un cuerpo de agua ubicado en el sector de La Libia.

«…A pesar de la buena noticia de su presencia, existen algunas amenazas que ponen en riesgo su sobrevivencia: a diferencia de las poblaciones que están Monteverde, las ranas ticas que encontraron en Tarrazú están dentro de ecosistemas agrícolas, específicamente en plantaciones de café. Además los únicos sitios donde pueden sobrevivir y reproducirse son los ríos y riachuelos de corrientes pequeñas, por lo que los remanentes de bosque y vegetación que quedan en las orillas de las quebradas en estos cafetales, son los únicos refugios que les quedan la Zona de los Santos. La presencia de esta rana muestra que a pesar de ser una ambiente humano alterado, ellas han logrado sobrevivir gracias a la presencia de esos reducidos parches boscosos…» mencionaron los investigadores en un informe facilitado a nuestro medio.
En Costa Rica se encuentran 155 especies diferentes de ranas, siendo 25 de ellas únicas y exclusivas de nuestro país, es decir, endémicas. El hallazgo de esta especie en Los Santos es importante ya que incide en la conservación de la Isthmohyla tica al ampliar su rango de distribución, sin embargo es también un llamado a la acción para conservar parches de bosque en cafetales y orillas de quebradas que son los sitios que actualmente permiten subsistir a esta y otras especies de ranas y animales en general.

«…Actualmente las amenazas de esa especie son, la pérdida del hábitat en las orillas de los ríos, la vegetación, los árboles y arbustos que están en las orillas de los ríos es su único hábitat y la eliminación de estos ambientes puede representar una amenaza constante de las últimas poblaciones que han logrado detectar. Otras amenazas que las pueden afectar son el uso excesivo de agroquímicos, el deterioro en la calidad del agua, la contaminación y el aumento de la escorrentía producto de prácticas erosivas en las partes altas de los ríos y riachuelos…» agregaron los investigadores.
«…La presencia de la rana arbórea tica en nuestra comunidad representa una señal de que se puede conservar la biodiversidad incluso dentro de ecosistemas agrícolas, siempre y cuando se realicen buenas prácticas ambientales, se fomente la investigación y se mejore la educación ambiental en todas las edades…»
Usted puede consultar el artículo publicado en la revista Latinoamericana de Herpetología, respecto a este hallazgo en el siguiente enlace:
https://herpetologia.fciencias.unam.mx/index.php/revista/article/view/366
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