1 de diciembre de 1948, día en que se ejecuta la decisión de la Junta Fundadora de la Segunda República de abolir el ejército de nuestro país, en el acto simbólico del que fue un cuartel general (Cuartel Bellavista) en un centro de cultura que hoy conocemos como Museo Nacional. Aquella torre amarilla donde aún se conservan las marcas de balas y secuelas de conflictos que en antaño escribieron parte de la historia de este país, hoy son ante el mundo monumentos de orgullo en el país que se auto profesa pacífico y feliz.

Sin embargo, la historia del ejército en nuestro país tiene sus puntos destacados, más allá del conflicto del 48. Mucha de nuestra historia esta marcada con tintes militares y sangre derramada, ejemplo de esto la Campaña Nacional de 1856, lucha de un ejército nacional fuerte y consolidado, que posteriormente vio disminuidas sus fuerzas en la peste del cólera pero que no fue suficiente obstáculo para dar victoria a nuestro país y expulsión de la sed filibustera del territorio nacional.
Según escritos del Museo Nacional de Costa Rica, este proceso implicó una importante conformación en la identidad costarricense, tanto por la figura de Juan Santamaría como del Monumento Nacional, en una Costa Rica que apenas cumplía décadas de fundada.
Un salto de siglo y se llega a las manifestaciones que tuvieron lugar en el contexto de la dictadura de Federico Tinoco, 1917, posterior al golpe de Estado efectuado contra el entonces presidente Alfredo Gonzales Flores. Tinoco y su propuesta golpista, se veía reflejada en sus intenciones y esfuerzos por formalizar y nutrir la figura militar en Costa Rica, desde cuerpos de policías hasta fuerzas de combate, esfuerzos que se vieron mermados con la caída de su régimen y su salida del país.
Pese a la salida de Tinoco y el consecuente debilitamiento del ejército, las fuerzas militares continuaron activas, llegando nuevamente a ser protagonistas en el «Bellavistazo» de 1932. El Cuartel Bellavista, tomado por los seguidores de Manuel Castro Quesada, luego de no aprobar los resultados que colocaban al expresidente Ricardo Jiménez en el poder, son otro capítulo del uso de fuerzas militares en nuestro país, que dejó 15 muertos y 36 heridos en sus enfrentamientos.

Es entonces cuando a mediados del siglo XX, la guerra civil del 48 vuelve a ser escenario de conflictos armados con tintes políticos, ante la anulación de los resultados de las elecciones que colocaban a Otilio Ulate en el poder, ante su contrincante Rafael Ángel Calderón Guardia.
A pesar de la abolición del ejército ejecutada por Figueres en 1948 tras obtener el triunfo de esta guerra, se siguieron dando algunos intentos armados en el país:
«Aunque el 1º. de diciembre de 1948 se conmemora la abolición del ejército en Costa Rica, lo cierto es que más que todo una fecha simbólica. Pues el 2 de abril de 1949 se da intento de golpe de Estado realizado por Edgar Cardona, Ministro de Seguridad Pública de la Junta de Gobierno liderada por Figueres. El motivo del levantamiento llamado “Cardonazo” fue la disconformidad del Estado mayor del Ejército de Liberación Nacional con varios nombramientos dentro de las fuerzas del orden» (Datos Históricos del sitio del Museo Nacional de Costa Rica)
La abolición del ejército provocó que las funciones de seguridad fueran asumidas por la Guardia Civil, situación que fue evolucionando a la creación de distintos cuerpos policiales con sus funciones respectivas. Hoy Costa Rica cumple sus 73 años sin ejército como tal.