Por Santiago Bermúdez
La pequeña comunidad de Barrio Santa Cecilia padeció por años, tanto la escasez, como la calidad del agua disponible para servicio domiciliar, hasta que logró organizarse para constituir una ASADA, y con ello un acueducto de los mejores en la sub región, técnicamente, suficiente cantidad, y con planta para la desinfección, y tanques para el almacenamiento.
No obstante, se ha tenido que lidiar con otras dificultades, tales como que las nacientes y captaciones estuvieron en propiedades ajenas, y con ello el justo derecho de explotación de las tierras por parte de los propietarios, y amenaza consecuente para la ASADA por el acercamiento y sobrepaso a las áreas de protección.
Recientemente, debido a lo antes anotado, el MINAET, a raíz de una denuncia, intervino y comprobó infracción a la ley Forestal, y en consecuencia conflictos que pudieron haberse evitado con los propietarios. Se hizo las gestiones con Coopesantos, R.L. para adquirir esta finca, pero no se logró. Ante ese panorama real, surgió la idea de adquirir terrenos aledaños a las nacientes. Se propuso en Asamblea de afiliados, la constitución de una Asociación Ecologista, en virtud que no se dio permiso para hacerlo con la misma factura del servicio de agua, y con una tarifa accesible, financiar la cuota mensual de un préstamo en un ente financiero local.
Fue así, como en primera instancia una familia, y por iniciativa propia, donó dos hectáreas, y en segunda, se compró catorce manzanas de terreno en puntos estratégicos. Actualmente, se está en gestiones para adquirir otra propiedad en otro punto estratégico para abastecer un sector estancado del desarrollo urbanístico.
De manera que, resultó eficaz le método utilizado para convencer a la comunidad sobre los riegos inminentes de llegar de nuevo a ese pasado crítico, y de conflictos mayores.